viernes, 19 de noviembre de 2010

Manifestaciones Culturales en el Virreinato



MANIFESTACIONES CULTURALES EN EL VIRREINATO




Arquitectura:

La arquitectura virreinal alcanzó su máxima expresión en la edificación de iglesias, claustros, casas y mansiones señoriales, y en menor medida fortalezas y cuarteles. Su desarrollo fue incentivado fundamentalmente por la actividad religiosa, la cual construyó catedrales, claustros y conventos urbanos y rurales, dispersos por toda su geografía. La mayoría de las iglesias de fines del siglo XVI poseían planta gótico-isabelina con nave alargada y separada por presbiterio o capilla mayor por un gran arco denominado toral. Sin embargo, son pocos los ejemplos de arquitectura del siglo XVI. Algunas casas-patio de Lima y Cuzco, y ciertas iglesias en provincia son la única muestra de las construcciones de aquella época. Del siglo XVI destacan la casa de Jerónimo de Aliaga en Lima, La Merced en Ayacucho, la Iglesia de San Jerónimo en Cuzco y la Asunción en Juli, Puno.


El siglo XVII estuvo marcado por la llegada del barroco. Este estilo arribó al Perú en un momento de gran madurez artística de los alarifes afincados en el Perú. La reinterpretación del estilo y su adaptación al medio local hicieron de la arquitectura virreinal peruana una expresión nueva y original del barroco americano. Mientras el barroco se afianzaba, en el Perú hubo un cambio en la construcción y diseño de las naves. Las iglesias dejarían las plantas isabelinas y se adaptaron a la cruz latina con bóveda de cañón y cúpulas en el crucero. Son ejemplo del barroco San Francisco el viejo, Iglesia de las Trinitarias, Iglesia de La Merced, la Portada del Perdón de la Catedral de Lima, Santo Domingo, San Francisco, Santa Catalina en Cuzco, etc. A este estilo también pertenece el Palacio de de Torre Tagle. Otro estilo que tuvo mucha aceptación en el Perú virreinal fue el churrigueresco, ejemplos de esto lo constituyen los templos de San Agustín y San Marcelo en Lima así como los retablos en pan de oro de muchas de las iglesias virreinales del Perú.






Pintura:
Sin duda, Cuzco fue durante el siglo XVII uno de los referentes pictóricos mas importantes del virreinato peruano. La presencia de Bernardo Bitti (1583-1585 y 1596-1598) en Cuzco tuvo un gran impacto en la plástica cuzqueña. Se desarrolló con los años una personalidad y lenguaje diferenciado que sin duda reflejan la personalidad de los pintores (la gran mayoría andinos y mestizos). Uno de ellos fue Diego Quispe Tito, pintor vernacular que se inspiró en los cuadros flamencos naturalistas y de los que tomó el paisaje para recrearlo con motivos andinos.
Ya en el siglo XVIII los talleres pictóricos cuzqueños tuvieron una producción casi en serie. Sólo los maestros firmaban el lienzo pues tenían a una serie de artistas especializados dedicados a la pintura de un sector del cuadro (manos, rostros, cuerpo, fondo, etc). Es por ello que los artistas anónimos fueron los verdaderos impulsores de la corriente cuzqueña pues a su trabajo le añadieron los elementos propios de la cultura local.

Cinco obras para admirar:
1.- Arcángel.Anónimo cusqueño, siglo XVIII. La escuela cuzqueña se caracterizó por sus pinturas paisajistas y por la representación de ángeles a los que añadían elementos vernaculares en sus ropas, principalmente plumas.Fuente: Museo de Arte de Lima.
2.- Cuadro colonial anónimo.Museo de la Moneda en Potosí. Es notable la superposición de la imagen de la Virgen con la región montañosa más famosa de la época.Fuente: El rostro de la fe. Doce ensayos sobre religiosidad andina. Luis Millones. Fundación EL Monte - Universidad Pablo de Olavide. Sevilla, 1997.
3.- Oración en el Huerto de los Olivos. Autor: Bernardo Bitti, siglo XVI (n. 1595).Fuente: Museo de Arte de Lima 100 obras maestras.
4.- Retrato póstumo de Santa Rosa de Lima. Autor: Angelino Medoro. 1617.Fuente: La Basílica catedral de Lima.
5.- Retorno a Egipto. Óleo sobre lienzo, de Diego Quispe Tito. Escuela Cusqueña, Siglo XVIII.




Escultura:
La escultura, al igual que todas las artes, fue introducida al virreinato peruano por la iglesia. La escultura virreinal produjo obras maestras, tanto por las delicadeza y minuciosidad en los detalles, como por la magnifica expresión del conjunto. Se esculpieron, mayormente, imágenes religiosas, para embellecer los altares, en los que predominaba el dorado y la policroma; igualmente, otras estatuas de santos, como aquellas que adornan las fachadas de los templos, a la vez de altares, púlpitos y confesionarios. En todos los casos se empleó mayormente, la madera y excepcionalmente la piedra. La presencia de maestros españoles durante el siglo XVI y principios del XVII consolidó a Lima como importante fuente de producción escultórica.

Entre las más importantes escultures del virreinato figuran Juan Martinez de Arrona , excelente ebanista especializado en cajonería religiosa. Su obra más importante es la Cajonería de la Catedral (1608) realizada bajo los cánones del renacimiento pues debía armonizar con el estilo de Francisco Becerra , alarife de la catedral. Otro importante escultor fue Pedro de Noguera  , autor de la Sillería de la Catedral (1532), acaso la obra escultórica más bella de Lima construida en el siglo XVII. De los talleres del andaluz Juan Martines Montañés (1568-1649) destaca el retablo del Monasterio de la Concepción (actualmente se encuentra en la Catedral de Lima ). Este gran retablo describe en sus relieves la vida San Juan Bautista y fue enviado, desde Sevilla, durante 15 años a la Ciudad de los Reyes (1607-1622).
Otra obra importante es la escultura de Melchor Caffa  titulada "El tránsito de Santa Rosa" (1699). De origen maltés, Caffa se educó en Roma, por lo que la obra en honor a la santa peruana posee bastante parecido con la Santa Teresa de Bernini.
Teatro:
Las representaciones escénicas o teatrales surgieron a comienzos del virreinato. Fueron los jesuitas, hacia el año de 1568, los primeros en inaugurar representaciones al aire libre en la plazuela de San Pedro (Lima). Estas funciones se hacían en las tardes; pero después, se programaron en horario nocturno.
Es así que a inicios del virreinato, las primeras presentaciones teatrales se daban en los atrios de las iglesias, con el público en la plaza frente del templo, con el transcurso de los años, las presentaciones eran sobre tabloides de madera ubicados en el centro de la plaza, finalmente, ya cuando el teatro entra en apogeo, las presentaciones teatrales se daban en coliseos, como el denominado coliseo de las comedias de Lima (las comedias gozaban de la predilección del publico antes que el drama).


Logró celebridad como dramaturgo, el intelectual Pedro de Peralta Barnueva, quien compuso obras que constituyen la representación peruana en el teatro colonial, como el drama “triunfo de amor y poder”, y la comedia “Afectos vencen fuerzas” Asimismo, se destaca el drama incaico, compuesto en quechua, denominado Ollantay , aparecido en el siglo XVIII, donde el párroco Pedro Valdés, quien recogió la leyenda incaica, y la adoptó con mentalidad europea para su puesta en el teatro.





jueves, 18 de noviembre de 2010

RELIGIOSIDAD


RELIGIOSIDAD


Las órdenes religiosas: 

Eran organizaciones de la Iglesia católica que, bajo la advocación de un santo, tuvieron como tarea el adoctrinamiento de los indígenas dispersos por todo el virreinato. Todos ellas fundaron conventos y monasterios, y edificaron hermosas iglesias en Lima y otras ciudades del Perú.



Dominicos.La Orden de Predicadores fue la primera en llegar al Perú con fray Vicente Valverde en 1532 (destacada actuación en la captura del inca Atahualpa y primer obispo del Cuzco). Su primer convento lo construyó sobre el templo inca del Coricancha, (Cuzco); fundó en Lima la Universidad de San Marcos (1551 ), e implementó inicialmente el tribunal de la Santa Inquisición . Destacó por su defensa de las poblaciones andinas, siguiendo la lucha del fraile dominico Bartolomé de las Casas, y por su gran labor de adoctrinamiento de las poblaciones indígenas .


Franciscanos.- La Orden de Frailes Menores llegó al Perú en 1533, dedicándose especialmente a las misiones , es decir, a la difusión del Catolicismo en el virreinato. Llegó a instalar conventos en Arequipa, Huamanga, Trujillo, Chachapoyas y otras ciudades (construyeron el Convento de Ocopa, en Huancayo ). Fue una de las órdenes que más trabajó con misiones a las inhóspitas regiones de la selva.


Mercedarios.- La Orden de la Merced (mercedarios) llegó al Perú en 1533 y su centro de operación fue la ciudad de Lima. Explotó bienes inmuebles incursionando en las haciendas y otro tipo de negocios (repartimientos, encomiendas). Logró controlar la Santa Inquisición desde mediados del siglo XVIII.

Agustinos.- La Orden de San Agustín arribó en 1551 y se instaló en Lima y en varias partes del virreinato peruano, principalmente en la Sierra , extendiéndose incluso hasta el Alto Perú (actual Bolivia ). Tomaron a su cargo el célebre santuario de Copacabana, a orillas del Lago Titicaca , a partir del cual predicaron con gran eficacia la doctrina católica a las poblaciones indígenas de sur andino.

Jesuitas.- La Compañia de Jesús llegó al Perú en 1568, como una organización moderna y poderosa, al servicio de la Contrarreforma , es decir, a la lucha contra los protestantes europeos. Con ese antecedente, tuvo gran empuje en su labor misional en el Perú, asumiendo con gran éxito la administración de haciendas y fundando multitud de colegios (también incursionaron en el estudio del quechua , además del aymara). Con los años, esta labor adquirió gran prestigio e influencia en los ámbitos políticos, culturales y económicos locales. Los jesuitas fueron expulsados por España y sus colonias por orden de Carlos III (1768), preocupado por el poder que ejercían y las posiciones sobre las libertades políticas que dejaban entrever. Esto constituyó un rudo golpe para la cultura y economía del virreinato.




Santos que hasta hoy se veneran:
En el Perú hubo mayor cantidad de santos y siervos de Dios que en todos los virreinatos españoles. La mayoría apareció entre 1570 y 1660, muchos de ellos coexistiendo en la sociedad limeña, tal como fue el caso de San Martín de Porres, San Juan Masías, Santo Toribio de Mogrovejo, San Francisco Solano  y, muy especialmente, Isabel Flores de Oliva, canonizada con el nombre de Santa Rosa de Lima, patrona de América y las islas Filipinas.

Factor activo en el acrecentamiento de la religiosidad virreinal fue el terremoto del 31 de marzo de 1650 en el Cuzco, que dio lugar al culto del Señor de los Temblores, y el del 20 de octubre de 1687, en Lima, que originó la Festividad del Señor de los Milagros.




La Santa Inquisicion:
En el Virreinato Peruano el Tribunal de la Santa Inquisición  se estableció durante el gobierno del virrey Toledo , por real cédula de 25 de enero de 1569. Empezó a funcionar el año siguiente, en 1570. Estuvo bajo la dirección inicialmente de los dominicos y luego de los mercedarios, pero después jesuitas acapararon sus más altas esferas.
La misión de la Inquisición no era otra que combatir a los herejes. En este sentido, sus atribuciones eran las mismas que el tribunal inquisitorial de España. Se buscaba, con esto, preservar la Fe Católica. En un comienzo, su acción no tenía alcance sobre los indígenas; puesto que solo se condenaba herejía, pero pronto las atribuciones de esta institución se ampliaron al seguimiento de causas por blasfemia, poligamia, hechicería, idolatría, etc., comprendiendo dentro de sus alcances al pueblo nativo. La jurisdicción de la Inquisición Limeña se extendía hasta las audiencias de Charcas , Chile y Quito.
La aplicación de tormentosos castigos corporales eran ejercidos por hermanos de la orden de Santo Domingo , mientras que los de San Juan de Dios se encargaban de cuidar a los enfermos. Este rígido y severo tribunal envió a la hoguera a 40 personas por herejes, mientras que, en conjunto, con el proceso seguidos por otras causas el número de sentenciados llegó a 371, hasta que dejó de funcionar en 1761. Todo esto desenvolvió un sentimiento adverso al tribunal, tal es así que a su supresión, en 1761, se produjeron manifestaciones de contento popular en el ambiente del Perú virreinal, especialmente en Lima.

Rol de la Iglesia en el Virreinato:
El Virreinato Peruano se caracterizó por el profundo espíritu religioso, especialmente en el siglo XVII. Prueba de ello es que por esa época, Lima, con 26 000 habitantes, ya contaba con 19 iglesias y monasterios y que el 10% de esa población estaba constituido por sacerdotes, canónigos, frailes y monjas, que penetraron profundamente en la vida del pueblo, en cuyas familias era casi una actitud tradicional destinar a uno de los hijos para el sacerdocio y observar rigurosamente las prácticas del rezo y del rosario a la hora del Ángelus y las asistencias a las diversas actividades de culto.
Fundada Lima, se estableció un obispado en 1541 que, en 1548, fue elevado a la categoría de arzobispado , durante el gobierno del pacificador don Pedro de Gasca . Este arzobispado tenía bajo su mandato a todos los demás obispados que, por entonces, funcionaban en toda América del Sur, y eran el obispado de Cuzco, Panamá, Papayán, Quito, Charcas y Paraguay. El primer arzobispo fue fray Jerónimo de Loayza  hasta que, en 1581, fue nombrado como arzobispo fray Toribio Alfonso de Mogrovejo , considerado el verdadero organizador del sistema eclesiástico en el virreinato, para cuyo efecto reunió en Lima dos concilios provinciales. De acuerdo a esto la Iglesia Peruana se organizó en arzobispados, obispados y curatos. Se contaba también con los curas doctrineros en las reducciones.